La fotografía de bodas empezó a ser mi principal dedicación desde que llegué a Navarra en 2010. Me apasiona enfrentarme al reto que supone plasmar en imágenes todo lo que ocurre en la boda. El día más grande en la vida de la pareja. Todo un reto.
La necesidad de congelar los recuerdos para la posteridad es algo que me atrajo ya de adolescente. Yo era siempre el que llevaba la cámara encima en las aventuras con los amigos y los viajes de juventud (interrail, campos de trabajo, escapadas a la playa y la montaña) Mientras estudiaba la carrera aprendí a revelar negativos. La magia del cuarto oscuro. Cuando me independicé instalé un laboratorio en una de las habitaciones de mi casa, menuda aventurilla. También comencé a formarme y a intuir la fuerza que tiene la fotografía cuando hay una intención trabajada y personal en la mirada del que dispara.
El tipo de encargos que he ido recibiendo se ha ido diversificando con los años. Reportajes de comunión, eventos empresariales, fotografía corporativa. Recientemente he arrancado con reportajes de familia y ya tienen un hueco en esta web.
Ahora son ya 10 años como fotógrafo profesional, un lugar en el que siento que lo que hago, y sobre todo cómo lo hago, tiene mucho que ver con quién soy.
Puede ser algo esperado como la entrada de los novios al banquete o algo inesperado como el curioso baile de la tía del novio. C
Cuento con la experiencia acumulada tras años de intención documental en reportajes de boda, algo que me ayuda a anticiparme y a resolver situaciones con rapidez y solvencia.
No siempre acabo manteado, pero una vez ocurrió y mi segundo fotógrafo lo inmortalizó para siempre. Con una vez es más que suficiente en cualquier caso, no os vengáis arriba eh.
Me despido presentando a mi familia, el motor de mi vida. Nos hicimos la foto pocas semanas después de salir del confinamiento, en Junio de 2020. Me decidí a lanzar mi propuesta de fotografía de familia y salimos a hacernos unas fotos en exteriores, para probar algunas ideas y pasar un rato divertido.